La ceremonia de titulacion se realizó el viernes 7 de Diciembre, destacando el discurso de la mejor alumna Srta Viviana Tapia Olivares:

 

"Distinguidas autoridades, profesores, alumnos, compañeros, amigos y familiares  presentes, tengan ustedes buenas tardes.

 

Antes que todo quisiera agradecer por darme la oportunidad de poder estar frente a todos ustedes en representación de la generación 2012 para entregar unas sencillas pero sentidas palabras sobre mi paso por esta escuela.

 

Recuerdo hace años cuando percibí la primera alegría y el sentimiento de saber que la aventura que había comenzado, reflejaba lo que yo quería y sentía desde niña, eso fue hace muchos años en Iquique. Ese interés que constantemente estuvo,  estar siempre observando, mientras caminaba paseando por las calles, mirando lo construido, los cerros, el mar, el paisaje, sin saber que todo eso se transformaría en el gusto por la arquitectura.

 

Luego acá en esta ciudad, durante el proceso que viví, como alumna, compañera y amiga dentro de esta escuela, experimente la relación entre alumno y profesor, la cercanía y el interés que la profesión conllevaba entre ambas partes, la experiencia que ustedes como profesionales me dejaban a mi y mis compañeros, cada vez que nos reuníamos en los talleres, porque era ahí en esos momentos donde se manifestaba la instancia para escuchar, discutir, crear, y sucedía lo increíble… la esencia y belleza de la arquitectura.

 

En el proceso como estudiante y mientras me formaba como persona, aprendí la singularidad de esta carrera, digo singular, porque me permitió visualizar lo que involucraba  a medida que desarrollaba un proyecto desde muchos puntos de vista. En mi formación ya no solo participaba como arquitecta, de cierta forma, cumplimos  y asumimos diversos roles  que hacen comprender que esta disciplina es mas que proyectar, es lograr interpretar la manera en que el hombre y la sociedad se desenvuelve, desde el mas mínimo de los espacios hasta la mas grande de las construcciones, y es eso, lo que no la hace una disciplina homogénea, al contrario, es la diversidad misma de todo lo que la compone, lo que logra esta carrera … la sensibilidad misma que generamos y genera hacia el entorno, que siempre es inherente en ella.

 

También recuerdo los días en que pasaba sentada en una esquina, sobre un muro, con una enorme croquera llena de tierra en pleno sol, tratando de entender que es lo que había querido decir el profesor con su gran discurso técnico, del cual no entendí nada la primera vez…Pero estas salidas a la calle que me obligaron a caminar, muchas veces sin rumbo, ( porque de verdad no sabía que era lo que tenía que hacer) poco a poco fueron dando frutos, a veces la gentenos miraba extraño muchas veces, sobre todo cuando con el lápiz en mano delante de mi cabeza,trataba de encontrar el punto de fuga del supuesto croquis.Bueno a pesar de todo fue en la misma calle dónde encontré la magia de todo, conociendo gente, la humildad de las “tomas”y de las familias de las cuales aprendía el sistema de vida en comunidad, y que menos realmente es más, en otras ocasiones la gente simplemente no te quería, porque eras un intruso en su casa, o mandaba al perro para que te ladrara. Bueno a pesar de todos esos días y noches de intenso trabajo tratando de entender todo, no cambio la satisfacción del momento en que se iluminaba la mente y de un momento a otro aparecía el proyecto, extrañamente dibujado en un papel medio gris, medio negro y arrugado de tantas veces que había borrado y vuelto a dibujar.

 

Sin duda lo que más recordé cuando hacía memoria para poder redactar este discurso fue el taller 8 con una profesora muy estimada por todos nosotros los alumnos, María Adriana. Con ella fue uno de los talleres mas querido para mí, pues ahí conocí a las apreciadas amigas y amigos que tengo hasta ahora, y espero perduren por mucho tiempo más. También Hubo un viaje, uno de los más disfrutado, y bien disfrutado, a pesar de las noches y días de trabajo que teníamos a diario, pero era Argentina, así que fue evidente que también debíamos salir a conocer la ciudad por las noches,  dónde había que disfrutar de las calles y de la bohemia trasandina de Salta, la linda.

 

Entre muchas otras historias más, en ese taller se forjo una gran amistad entre todos, un gran grupo de trabajo de días y eternas noches junto a mis queridosamigos.

 

Y así pasaron los talleres, escuchaba frases, como “ya pasando el taller 7 te vai por un tubo”,  pero no!, luego seguías avanzando y llegabas a taller 10, y te decían “ aaahya estas a un paso de ser arquitecto y de  titularte”, pero no!, pues después de los últimos talleres  me di cuenta que un arquitecto no se hace aprobando talleres, sino que se forma desde el amor y la pasión que se le entrega a cada uno de los trabajos, hasta el presente y los posteriores días en que practiquemos  la arquitectura.

 

Pero no solo de entregas vive el estudiante de arquitectura, más allá de la formalidad,  esperados eran los tambos que por las noches, los bronces nos cautivaban con sus sonidos andinos y eran esos momentos en que nos reuníamos y compartíamos como escuela.

 

Quiero agradecer a los profesores, por guiarnos, entregarnos en estos años su experiencia, sus conocimientos dentro y fuera de las salas de clases. Mas que nada un alumno sin un profesor no podría haber asumido  este rcamino en sus inicios y en su recorrido.

 

No puedo terminar este discurso sin agradecer a esas personas que sin proponérselo  te solucionaban la vida, en los momentos más complejos, a Jaqueline y Emilia, las que más que secretarias de nuestra escuela, se volvieron  de esas compañeras siempre dispuestas a aportar a tu trabajo en la medida de lo posible.

 

También quiero agradecer de una manera muy especial a mis padres y a mi familia, por el constante apoyo que  cada hora y día  siempre me brindan.

 

Por último, quisiera decir que me siento conforme y agradecida de lo vivido en cada momento y cada día en esta escuela, en sus patios y  en sus talleres, pero por sobre todo como dice nuestro lema, nada me deja más conforme que haber vivido el sexo, la pasión y la locura de nuestra escuela de arquitectura.

 

Es por eso generación 2012, queridos compañeros, que no solo quiero felicitarlos, sino que invitarlos a que emprendamos desde hoy no solo el camino profesional, sino más bien el camino de la arquitectura como forma de vida, en la que proyectar nuevas ideas  sea la principal motivación de nuestros días.
 

Antofagasta, 07 de Diciembre de 2012.

 

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