El pasado martes 18 de abril, la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte (UCN), recibió a la decana de la Facultad de Arquitectura, Arte y Diseño de la Universidad Católica de Temuco, Andrea Marés Sandor Vallespir, para presentar el proyecto «Tejido de Fraternidad: Arquitectura colaborativa como motor de cambio».
El proyecto nació en plena pandemia cuando la decana recibió una llamada del arquitecto, Pedro Arellano, quien dirigía la red de cooperación «Familia Entrelazadas» que apoyó a familias que necesitaban de alimentos durante la alerta sanitaria. El arquitecto le planteó a Mares la idea de crear un gran manto colaborativo junto a las tejedoras que no habían podido vender sus artesanías en ese periodo de pandemia.
Para ello, debieron comenzar reforzando la confianza y vinculación con las artesanas de un programa que ya habían desarrollado durante 25 años en la Región de la Araucanía. Sin embargo, el escenario de pandemia era muy distinto al de esos años anteriores. Con perseverancia y sin perder la meta de esta iniciativa, finalmente se logró contemplar a 8 asociaciones y 300 tejedoras desde la coordillera a la costa de la región. También recibieron aportes de empresas privadas, sin embargo, ninguna pertenecía a la región.
La identidad y zona de cada artesana fue realmente interesante en la confección y análisis de este gran manto; lo que se pudo observar en el «mapeo» que presentó Marés. En este sentido, cada zona se distinguía naturalmente por los colores de sus textiles, permitiendo que los y las estudiantes de la carrera de Diseño UCT crearán pantones únicos.
Además de ser un apoyo económico, el proyecto pudo entregar realce, dignidad y profesionalismo al trabajo de cada artesana en momentos bastantes difíciles para el país y el mundo. Las tejedoras nombraron sus propias obras textiles, pudieron expresar sus técnicas y también recibieron un catálogo de sus trabajos. Las obras fueron visibilizadas en el Aeropuerto Arturo Benítez en Santiago y en el Centro Cultural La Moneda.
«Intervenimos el Centro Cultural La Moneda (Chile) que tiene un tamaño y magnitud que se puede mirar desde arriba y/o abajo. Nuestra intención fue crear un espacio dentro de ese gran espacio y traer esa condición íntima de intimidad de las ovejas, de la naturaleza, del bosque dentro de estos cilindros», destacó Andrea Marés Sandor, decana FAAD-UCT.
En tanto, el director de la Escuela de Arquitectura UCN, José Guerra, agradeció a la arquitecta por los aprendizajes que entregó a los estudiantes de la zona norte, recalcando la importancia de continuar potenciando la vinculación profesional y más, entre universidades hermanas, para llevar a cabo proyectos de grandes dimensiones culturales, sociales y geográficas.
Por último, la arquitecta expresó que anhela intervenir el Museo Antropológico de México, específicamente el patio interior que posee un espacio diferente y llamativo para recrear una relación entre el territorio araucano y México.