Declaración Escuela de Arquitectura, Universidad Católica del Norte

Estamos viviendo acontecimientos nacionales ante los cuales no podemos estar indiferentes, por un lado legítimas demandas sociales que reflejan el sentir y descontento de los ciudadanos chilenos y por otro la necesidad de exigir que todo camino hacia las soluciones posibles se encauce en el cuidado y valor del ser humano y velando por el respeto a la legislación que nos sostiene como sociedad.

Como parte de la comunidad académica de la Escuela de Arquitectura reconocemos y valoramos que el estamento estudiantil ha estado comprometido en la reflexión y participación en las demandas sociales, buscando en estas, en actitud consciente, el rol atingente a su formación como arquitectos y ciudadanos.

Desde nuestra posición como una carrera de educación superior en el cultivo de la arquitectura con un sentido humanista, y frente a la variedad de perspectivas y temáticas surgidas, ponemos atención en dos ejes de preocupación: la importancia de la educación para la sociedad y de la responsabilidad de la arquitectura, y de los arquitectos en la calidad de vida en nuestras ciudades.

A. Sabemos que uno de los pilares fundamentales para contribuir a la igualdad de oportunidades corresponde a la educación en todos sus estadios y su rol en la formación del ciudadano, fortaleciendo las bases de una sociedad más equitativa.

Reconociéndonos como una escuela con un profundo sentido regional, estamos convencidos de la importancia de nuestras particularidades y valorización de nuestros contextos, las cuales se enfrentan a diario ante referentes globales y centralistas.  

Participamos de la educación superior con la conciencia de que la formación del estudiante universitario se orienta en la formación del profesional como un ser con integridad ética y con vocación social.

B. Las actividades de los arquitectos operan sobre el espacio y calidad de vida del habitante, sin embargo, las maneras y los modos tradicionales ya no son suficientes, de forma que debemos participar activamente en la interacción con los ciudadanos y así la relación con la ciudad en las distintas escalas: la vivienda, sus espacios públicos y los barrios, y las distintas componetes de la ciudad, guiados por el ineludible compromiso con el medio ambiente y el patrimonio.

El compromiso del arquitecto con la ciudad y su formación debe atender a las condiciones particulares que se revelan en las complejas ciudades del desierto del norte de Chile, evidenciando los valores que los habitantes deben reconocer como suyos, siendo protagonistas de su quehacer cotidiano.

Finalmente, los académicos de la Escuela de Arquitectura reconocemos este momento nacional como una instancia para fortalecer y ampliar las visiones y ejes que den sustento y orienten el debate nacional desde el actuar propio de la arquitectura y su profundo compromiso social.

Académicos de la Escuela de Arquitectura, Universidad Católica del Norte

Antofagasta, 30 de octubre de 2019