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El Primer Conversatorio Mujer y Arquitectura, iniciativa conjunta de la Escuela de Arquitectura de la UCN con las arquitectas y exalumnas, Barbara Raby y Marina Niemeyer en el marco de los 40 años de vida de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica del Norte, se inició con la exposición Hernán Illanes, quien fue uno de sus fundadores junto a Viviana Fernández, José Santelices, Miguel Escorza y Eugenio Gutiérrez. Illanes destacó el presente encuentro, “como un tema actual, de valor y complejo, debido a las muchas variables que posee.”
El Arquitecto rindió un homenaje póstumo a las mujeres que formaron parte de la fundación de la escuela el año 1981, afirmando que sus aportes perduran como un valor sostenido en el tiempo hasta el día de hoy. Destacó que Ángela “Kika” Schweitzer logró “la instalación de la escuela en una Casa Abierta al mundo de la arquitectura”, mientras que Glenda Kapstein y Viviana Fernández, fueron las primeras inaugurando e “Instalando la escuela en Viaje o la enseñanza en el viaje”. Luego recuerda a Victoria “Toyita” Domínguez por “La instalación de una comunidad, que iba más allá de un grupo de profesores y estudiantes”; y finalmente, se refiere a Magdalena “Cuca” Gutiérrez, quien a través de su enseñanza nos dejó en la escuela un ejemplo de lo que significa la coherencia, la disciplina y el rigor de una vida que trasmite a profesores y alumnos “Un desierto donde no hay nada, salvo la voluntad de estar allí”. Por último, el destacado docente propone en un futuro poder reunirse tanto hombres como mujeres Arquitectos a conversar de la incidencia de la masculinidad y la feminidad en nuestra disciplina.
Jaqueline Olmos, secretaria de la jefatura de carrera, quien lleva 25 años trabajando en este espacio académico, destaca el paso de estas valiosas mujeres en la escuela, así como académicas y estudiantes, indicando que “las mujeres le dan vida a la escuela, y que, junto a Emilia Palma, actúan como sicólogas, mamás y mucho más (sólo) que un apoyo administrativo”, afirmó también que “han sido los mejores años de su experiencia laboral”, siente que ha aportado, “manteniendo permanente contacto con exalumnos, sumándose a recordar a las homenajeadas y a la Arquitecta María Adriana Gebauer, destacando hoy ver de jefa de carrera a Valeska Cerda”, a quien conoce desde que era estudiante y hoy es su jefa, anhelando que se dé auge a continuar conversando de arquitectura y mujeres en el futuro.
El director de Escuela, el Dr. José Guerra, entrega su visión como estudiante de las primeras generaciones, “indicando que en los comienzos de la escuela el número de mujeres era mínimo y afortunadamente hoy eso ha ido cambiando, ya que más del 50% del alumnado son mujeres, contribuyendo a los procesos de igualdad y transformación en temas de género que está viviendo nuestra sociedad”. Su reflexión se focaliza en la visión de haber sido estudiante, también recuerda a las fundadoras y a un trabajo conjunto en el taller profesional en Iquique como estudiante ayudante, y en el ámbito de lo singular tuvo el privilegio de ser alumno de Angela y muy tempranamente entender el rigor de la responsabilidad social de los arquitectos a través del taller 2, donde les llevaron a Cobija e “introducen en la comprensión de los primeros pobladores del desierto, de sus formas de vida, observando y estudiando Los Conchales de Cobija, junto a la distinguida Antropóloga Bente Bittmann…Esas conversaciones y correcciones de taller con estas dos mujeres investigadoras referentes, Angela y Bente, en el atardecer de las ruinas de Cobija son recuerdos que efectivamente detonan memorias y experiencias que sin duda la escuela ha ido valorando, recobrando y repitiendo cada año en sus talleres. Muchas gracias a todas ellas por lo que han incorporado en la formación en lo personal en la visión de la arquitectura.”
A continuación, se dio curso al conversatorio, el que tuvo de invitadas a las valiosas arquitectas y también exalumnas Valeska Cerda, Rocío Díaz, Gladys Vega, Leyla Sade y Amanda Vásquez, las que entregaron sus testimonios con relación a los siguientes planteamientos:
El primero de ellos referido a ¿Cuáles fueron los desafíos que han tenido que sortear como mujeres arquitectas desde la escuela hasta ahora?, donde las primeras impresiones fueron que:
- Hace 40 años cuando se estaba fundando la escuela ya había mujeres super “Powers”, que, si bien eran pocas, ya se encontraban haciendo cosas increíbles, dejando su sello y su legado tanto en la escuela de arquitectura de la UCN, como en todas las estudiantes y exalumnas.
- Hace más de 10 años existía en la escuela una dicotomía, pues había grandes referentes por una parte y también mucho prejuicio por otra de algunos profesores hacia las mujeres, no obstante, eso, el ambiente de camaradería que había en la escuela y en los talleres hacían que esos temas no fuesen tan relevantes.
- En términos académicos en cuanto a la formación, es coincidente para todas haber tenido grandes profesores, maestras y maestros, todas muy agradecidas y orgullosas de haber podido estudiar en la escuela de arquitectura UCN, defendiendo el sello con que la escuela formó para trabajar en contextos extremos, como el desierto.
- Es unánime la apreciación de que, existe un desafío constante para la mujer en cuanto a la compatibilización de la vida laboral con la maternidad, el desarrollo laboral y el ascenso profesional.
- La mujer Arquitecta ha ido ganando nuevos espacios dentro de la última década, tanto en la academia, en la construcción y altos cargos de dirección pública y privada, concordando en que en un inicio les ha tocado ser la única mujer en sus respectivos equipos de trabajo, abriendo camino para las generaciones más jóvenes.
- Se ha demostrado que, durante la crisis del COVID la mujer en edad laboral reproductiva ha sido uno de los sectores más castigados, quedando pendiente la corresponsabilidad parental, pues el trabajo de hombres y mujeres en la crianza y la casa debiese compartirse.
- Se hace una invitación a trabajar en una mirada más respetuosa, comenzando desde la escuela hasta el mundo laboral, dejando fuera la falta de confianza en el ejercicio de la arquitectura en el género femenino, dado que no por el hecho de ser mujer, éstas son menos arquitectas que sus demás compañeros, de hecho, la formación técnica y profesional es la misma, teniendo las mismas competencias técnicas y representando un 12% en el mundo de la construcción, por ejemplo, según la CCHC.
- El trabajo de las mujeres tiene una mirada y forma distinta, aportando desde lo femenino en los distintos ámbitos de su ejercicio laboral.
- Es necesario establecer oportunidades para las mujeres en distintos puestos, oficios, prácticas, toma de decisiones, más cargos en decisiones cargos públicos, pues también podrán aportar un punto de vista distinto.
- Muchas veces el entorno cultural, los padres, la escuela, los líderes de las organizaciones tienen ideas machistas y antiguas respecto a las mujeres como profesionales, encasillándolas en roles asociadas al servicio.
- Se valoró este el hecho de conversar del tema e instalarlo, siendo un gran aporte, recalcando la importancia de que nosotras mismas podamos apoyarnos y validarnos, construyendo redes de apoyo y trabajando en reforzar la autoconfianza.
El segundo planteamiento, las situó desde su quehacer profesional respecto a ¿cuáles han sido sus aportes como mujeres arquitectas?; y si ¿Han podido aplicar el enfoque de género en los proyectos que les ha tocado liderar?, concluyendo que:
- Uno de los aportes se vincula directamente a contribuir positivamente en el equilibrio, las dinámicas en cuanto a los equipos de trabajo y las relaciones humanas, aportando en las organizaciones en la visión del “todo”, organizando el trabajo a nivel global en cuanto a los enfoques de proyecto y ambientes de trabajo en equipos multidisciplinarios.
- Otro es visibilizar, generar oportunidades sin prejuicios de trabajo, tanto a hombres y mujeres con igualdad, enseñar y validar a otras mujeres en nuestro campo, potenciando la incorporación de las mujeres al rubro, en otros campos, son sólo para la limpieza de las obras antes de sus entregas finales.
- Desde la aplicación de las políticas públicas, se han incorporado mudadores en baños de hombres y mujeres y eso es equidad de género. Práctica que se ha ido repitiendo en obras de edificación y espacios públicos. Hoy se está cambiando el paradigma de cómo se construye una ciudad segura, de tal forma de eliminar la brecha de inseguridad del género en la ciudad. Por tanto, es muy importante hacerlas más amables, inclusivas, seguras y accesibles para todas y todos. Empatía y generosidad con enfoque de género de los espacios que estamos diseñando, con la mirada de habitabilidad y criterios de calidad espacial con criterios de calidad espacial, por ejemplo, en pandemia, diversos.
- Destaca el aporte de la inclusión de la eficiencia energética en la región de Antofagasta y en la formación de nuevos y nuevas profesionales en este ámbito.
- La maternidad aporta valor a nuestras capacidades, pues abre un nuevo espacio de desarrollo, entrenando a diario la empatía, filtrando lo importante, definiendo prioridades, planificando, aplicando que el tiempo no es infinito, que es importante ver lo esencial para ver soluciones, ser resolutiva, integrando a más mujeres en nuestro rubro y aportando en la formación de nuevas generaciones, etc.
Y, finalmente, se les pide a las y los invitados plantearse ¿Cómo imaginan la escuela en 10 años más?
- Se anhela ver a la escuela mucho más presente en la ciudad y en la región, liderando lo que están haciendo distintos académicos en cuanto a diversos temas, como por ejemplo la incorporación de energía renovable en la arquitectura, debiésemos ser lideres y pioneros en el país, viéndolo como un sueño bonito y sumamente alcanzable.
- Trabajar con mayor equidad, revisando las prácticas pedagógicas. Que la magia de los 5 elementos se mantenga, que la cohesión, potenciando la configuración de la escuela que hace trabajar Inter talleres, dado que otorga una riqueza personal y profesional que no existe en otros lados.
- Todas las partes coinciden en el deseo de ver una escuela líder en la arquitectura, el territorio, el paisaje, la geografía, la sustentabilidad y la ciudad, ser una escuela más diversa en cuanto a las disciplinas, que los alumnos puedan trabajar sus proyectos compartiendo con otras disciplinas como Ingeniería Civil y ambiental u otras, y ser Facultad teniendo un trabajo y una mirada del trabajo integrativo e interdisciplinario.
- Invitación para que se haga presente en regiones que carecen de escuelas de arquitectura y el debate de cómo trabajar por mejores ciudades.
- Con la inclusión de nuevos instrumentos de proyección (algoritmos) y de observación (satelitales), que tendrán un impacto, en donde como escuela y sociedad habrá que estar atentos a su mediación.
- Que existan políticas de integración entre organismos públicos y la escuela y una sinergia entre la administración pública y el recurso humano, intelectual y de formación que posee la escuela.
- Deseo de ver proyectos interdisciplinarios que trasciendan más allá de lo académico, inculcando el propósito de cada estudiante con la comunidad, con la ciudad y con el territorio, a partir de proyectos de trabajos como los integrados que vayan concretándose en soluciones reales a la comunidad y en un barrio, por ejemplo, en los campamentos, una invitación para que finalmente los estudiantes sean agentes de cambio.
Por último, se cierra el encuentro con el lanzamiento de la primera Encuesta Arquitectas UCN – FORMEMOS UNA RED (https://forms.gle/ucnuDYf1sYNvkW5Z7) creada por exalumnas, la que busca reunir información relevante de la trayectoria de las egresadas y tituladas con el objeto de construir una sólida red de mujeres arquitectas con una mirada de enfoque de género, saber dónde están, qué hacemos y cómo poder relevar la voz como mujeres, aportando a la mejora constante en cuanto a la formación de futuras arquitectas, en los entornos laborales y en la red. Creando desde la dirección de la escuela el correo arquitectas@ucn.cl para contribuir a esta iniciativa.